Viernes Santo II
Año Dos mil veinticuatro, ¡Viernes Santo! el mundo ha cambiado poco, desde tú partida, sigue habiendo hambre y guerras, siguen muriendo inocentes, y otros que se enriquecen, a manos llenas. Hoy como todos los meses, todos los días, todos los años, sigues muriendo por nosotros, sigues derramando tú sangre, sigues paseando junto al débil. El mundo sigue girando, sigue habiendo guerras: Ucrania;Gaza, el hambre que desola África. Y mientras tanto en el primer mundo, la sociedad no parece darse cuenta, de que lo importante, es tocar con el corazón a manos llenas. No parece darse cuenta, que sin más solidaridad, sin más perdón y empatía, las cosas no cambiarán, seguirá habiendo pobreza, seguirá la injusticia, seguirá la guerra de cada cual, mientras se desangra el planeta. Hoy te recordamos, que por tú muerte nos salvamos, que por tú amor, veremos una vez muertos, brillar la luz del sol, sentir el aire en la cara, sentir tú amor y tú perdón, porque no viniste a salvar, a los puros de corazón